A TRAVÉS DEL ESPEJO

Retransmitido por la Red Nosotras en el Mundo los domingos de 21 a 23 hs

Sección "Los Caminos del Espejo" del 13 de julio de 2010: Matrimonio e Iglesia por Cintia Berdaguer

En un dia tan especial como hoy, en que se está desarrollando la discusión en el senado argentino sobre los proyectos de ley referidos al matrimonio de parejas del mismo sexo, me interesó plantear, replantearme, un interrogante que desde hace semanas interpela mi implicación con el tema:
¿Por qué defiendo la posibilidad del matrimonio si nunca estuve de acuerdo con el? Y en todo caso ¿por qué nunca estuve de acuerdo con el matrimonio?
No puedo negar que mi adhesión al feminismo ha sido la frutilla que viene a terminar de decorar un postre que fui elaborando con el paso de los años
Más allá de los detalles de mi historia personal y familiar, que por mas jugosos que pudieran ser, no vienen al caso, mi oposición al matrimonio está guiada por una crítica de la moral y las buenas costumbres.
Un marcado agnosticismo ha signado mi vida desde la adolescencia y éste me ha impedido encontrarle ventajas al cumplimiento de semejante sacramento.
Nunca entendí por qué había que declararle al Estado y mucho menos a la Iglesia Católica, con quien elige una convivir y/o tener hijos.
Siempre me pareció que, desde que se reconocen los mismos derechos a los y las convivientes, no era necesario el casamiento o el matrimonio.
Pero desde hace algunos años descubrí mi punto ciego… mi escotoma: claro, no es necesario en el marco de una pareja heterosexual…….
En los últimos meses hemos asistido a un debate público sobre el tema que no ha escatimado en gastos: personas de distintas orientaciones políticas y religiosas argumentan a favor y en contra… aunque no todos los argumentos tienen el mismo peso: pedir una mamá y un papá en nombre de niños y niñas que serían dados en adopción es, sin duda, el golpe más bajo y perverso que las agrupaciones extremistas pro-familia heteropatriarcal se han atrevido a hacer.
Las Iglesias en general y la Católica en particular han inventado toda clase de excusas para quedarse en el medioevo y seguir cuestionando lo que a esta altura es una verdad enunciada a los gritos: EXISTEN OTRAS FAMILIAS, HAY PAREJAS HOMOSEXUALES, LESBIANAS, TRAVESTIS, TRANSEXUALES, hay, en definitiva, diversidad de amores y de formas de vivirlos.
Ahora estoy convencida de que la posibilidad de cambiar el orden injusto que reina en este mundo está ligada al total acceso a los derechos ciudadanos, aunque no termine allí.
Lo que ha causado mayor revuelo en los últimos días es la declaración de curas católicos a favor del matrimonio, de hecho el arzobispo de Córdoba ha separado de su cargo a uno de sus sacerdotes, prohibiéndole dar misa, por haber cometido semejante osadía. "Sólo en la caridad es posible la diversidad", contestó el grupo de 12 sacerdotes pertenecientes al grupo Enrique Angelelli.
En el documento que publicaron sostienen que "la iglesia debe dejar el miedo a perder el poder", para luego agregar que "la Autoridad está en la humildad para buscar la verdad con los hombres y en el servicio, no en la imposición de una Doctrina Moral estática basada en una concepción antropológica inadecuada para nuestro tiempo".
Y esto no es nuevo, no es nueva la oposición dentro de la iglesia católica: hubo, hace ya varios años un movimiento que se denominó Sacerdotes del tercer mundo que en los setenta se desarrolló en todo Latinoamérica, que supo iniciar una serie de críticas a los episcopados y al vaticano mismo, doctrina que se ha conocido como: Teología de la Liberación
Entre ellos, destaca Ingnacio Martín Baró: psicólogo y sacerdote jesuita español que dedicó su vida al trabajo militante en El Salvador. En 1989 fue asesinado junto con algunos compañeros de congregación mientras prevalecía el toque de queda impuesto por el ejército salvadoreño ante la ofensiva militar desatada por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Creador de una corriente teórica Psicología Social de la Liberación, Baró sostenía que "la conciencia no es simplemente el ámbito privado del saber y sentir subjetivo de los individuos sino, sobre todo, aquel ámbito donde cada persona encuentra el impacto reflejo de su ser y de su hacer en la sociedad, donde asume y elabora un saber sobre sí mismo y sobre la realidad que le permite ser alguien, tener una identidad personal y social". Comprendida de esta manera, la conciencia humana es, en lo esencial, psicosocial e ininteligible sin referencia a la realidad que la circunda y la define –al menos de manera parcial. Según Martín-Baró, en el psicólogo recae la tarea de ayudar a esta conciencia humana a tener una comprensión mayor de su identidad personal y social.
Entonces, parece que acá no solo se está hablando de poder o no acceder a determinados derechos, el campo de batalla parece ser la conciencia: lo que importa a ciertos sectores es evitar la institucionalidad de una realidad que pueda reflejarse en nuestras conciencias, en las conciencias de niños y niñas, como opciones de libertad.
En un seminario dictado en 1989 en Costa Rica, Baró afirma:
“La ideología es la materialización de las fuerzas e intereses sociales en representaciones mentales, sentimientos y acciones que primero es vivida y sólo después puede ser formulada
Los principales esquemas ideológicos son aquellos articulados en las formas de convivencia cotidiana.
Todos los hábitos y rutinas tipificadas que configuran las instituciones básicas de este sistema social, traducen en forma privilegiada el interés de las clases sociales dominantes
Uno de los esquemas ideológicos más importantes lo constituye el sentido común, que traduce los intereses sociales de dos maneras:
Asumiendo que los principios y comportamientos que sostiene son no sólo racionales, sino evidentes
Asumiendo que se trata de principios y comportamientos comunes a todos o universales
De ahí que , mediante el sentido común se tienda a naturalizar, es decir a considerar como parte de una misma naturaleza humana principios y comportamientos que han sido producidos históricamente.”
Entonces, la familia y el matrimonio son producciones históricas, y muy ligadas a la dominación y explotación capitalista, pero nada tienen de natural. La apelación al sentido común como argumento para oponerse al matrimonio igualitario subestima la inteligencia humana.
Por otro lado, esta es una discusión ideológica, en la que el campo de batalla es la conciencia y la subjetividad, y no sólo si se accede o no a determinados derechos. Es el efecto que una ley como esta tendrá en la legitimación de parejas no heterosexuales, lo que más preocupa a conservadores y reaccionarios.
Y porque estoy convencida de que debemos abrirnos a todos los debates, sin invisibilizar a nadie es que me interesa cerrar con algunas de las palabras de Maité Amaya, activista cordobesa integrante de la colectiva las histeriqas las mufas y las otras. y del colectivo caracol, que supo escribir hace un par de semanas:
SOBRE MATRIMONIOS Y DIVORCIOS...
“El deseo es altamente subversivo. El deseo no acepta burocracia. El deseo no se negocia en la mesa del poder. El deseo castrado reprimido, aplastado, es el espacio de la domesticación y la obediencia. “ Claudia korol.
Sectores activistas instalan en la opinión publica argentina el matrimonio gay, y rápidamente se polarizan las opiniones: en contra de que personas no heterosexuales puedan casarse o a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo. Referenciada la primera por sectores reaccionarios, fascistas, fundamentalistas religiosxs, y la segunda por activistas institucionalistas, asimilacionistas, , la burocracia lgtttb (lesbica, gay, travesti, transexual, transgenero, bisexual), algunos grupos que no se dieron demasiada reflexión al respecto, partidos de izquierda, y sectores de derecha como franja morada y Olga Riutort y compañía.
El puritanismo, la moralidad, el clero, las religiones, el estado y la burguesía regulan la vida pública y la vida intima de las personas. Coartando libertades individuales tan básicas como el poder de decisión sobre nuestros cuerpos. Se oponen al placer, la anticoncepción, el aborto, el lesbianismo, la homosexualidad, el travestismo, la transgeneridad, la autonomía personal, la diversidad humana, la libertad de expresión. Fomentan la discriminación, la agresión que pesa sobre lesbianas, travestis, transgéneros, transexuales, gays y que muchas veces nos cuesta la vida.
No hay libertad posible cuando el estado y los sectores de poder controlan aspectos tan elementales de las personas.
Por otro lado lo que hoy se impone como agenda lgtttb no es abarcativo de de las necesidades de todxs, sino de lxs mas acomodadxs.
Al debatir el matrimonio como prioridad absoluta para el conjunto de lesbianas, travestis, transgéneros, transexuales, gays, bisexuales. Se invisibilizan tantas otras demandas mas acuciantes aun, como el acceso a vivienda, salud, educación, trabajo. Es decir invisibiliza las diferencias de clase, étnicas, religiosas existente hacia el interior de nuestra comunidad. Las personas lgtttb no somos un grupo homogéneo sino que como las personas heterosexuales pertenecemos a distintos estratos sociales, nuestras necesidades son diferentes, por ende nuestras prioridades también lo son.
Para una travesti por ejemplo, en nuestra gran mayoría pobres. Hacinadas en alguna pensión céntrica, con un capital compuesto de una valijita con maquillajes, otra valija con ropas de prostituta, (básico para sobrevivir), tal vez algún colchón y un celular, el matrimonio no modifica nada. Sin duda, en nuestra mas absoluta y asfixiante pobreza no tenemos las mismas necesidades que un gay o una lesbiana de clase alta o media, o que accede al trabajo en blanco. Que entiendo no es tampoco prioridad para la gran mayoria de lesbianas y gays que trabajan en negro, subocupados, o desocupadxs.
Históricamente ha sido mas urgente el bienestar de quienes se encuentran en una situación privilegiada que la denigrante situación que padecemos lxs de abajo.
El reconocimiento de nuestras uniones erótico-afectivas por las instituciones resuelve ciertos derechos sociales vinculados con el trabajo en blanco, con cobertura social y medica, y reconoce la heredabilidad de bienes y propiedades. Y esta no es una preocupación latente en la realidad de lxs mas hambreadxs, excluidxs y marginadxs.
Nadie niega que hay desigualdad de condiciones con las personas heterosexuales, y que estas son construcciones político culturales opresivas basadas en la orientación sexual e identidad de género de las personas. Para disciplinar los cuerpos en la economía sexual hétero, monogamica y reproductora.
Hay sectores del activismo lgtttb que alegan que la legalización del matrimonio lesbico-gay dará mayor legitimidad social a las uniones no heterosexuales en el imaginario social, para bajar el altísimo nivel de homo-lesbo transfobia de la cultura machista heterocentrada en la que vivimos.
Pero (no se abre la discusion acerca de cuales son las prioridades del conjunto lgtttb), no se analiza críticamente las instituciones de la sociedad heterosexista y burguesa, ni se consensúa la estrategia legal mas conveniente para alcanzar los derechos sociales negados sin condicionar ni limitar el deseo, las sexualidades, los generos y los cuerpos. Porque podriamos avanzar en derechos sociales sin que necesariamente sea a traves del matrimonio, sin siquiera fijar numero de personas en la relacion por ej.
La institución matrimonial esta diseñada para interrumpir la espontaneidad de la libido y el deseo.
La excepción de la regla no la confirma, la cuestiona.
La intervención del estado y de la iglesia no es sino, para regular nuestros deseos y uniones. Es posible que avancemos en una estrategia sin preguntarnos antes ¿que son el estado y la iglesia? ¿Cuál es su función como instituciones? ¿En función de que régimen político-sexual disciplinan los cuerpos?
¿Significa un avance real la normalización de las experiencias cuestionadoras de la heteronormatividad opresiva?
Acceder a Los pactos morales y economicos de la sociedad heteropatriarcal y capitalista genera una sensación de paz social para grupos violentados sistemáticamente pero el costo es invisibilizar la continuidad de la opresión.
La noción de mayor aceptación de la homosexualidad y el lesbianismo, no desnaturaliza la heterosexualidad, ni la corre del eje central de la organización social. Entonces no actúa directamente sobre el régimen político sexual y el lugar a ocupar por la disidencia sexual, aunque legalizado, continua siendo periférico a esta.
La necesidad de extender las instituciones del heteropatriarcado no es para el bien común, más que necesidades de las personas son las necesidades de un sistema que necesita readaptarse, resignificarse para perpetuar esta forma de organización social de dominadxs y dominadorxs.
Con el arduo esfuerzo de quienes militan para acceder al sistema que les oprime, reafirmando las instituciones opresivas de los cuerpos.
La armonía en la diversidad no es posible mientras exista la obligatoriedad de la heterosexualidad y esta se constituya como hegemónica, en un marco ideológico autoritario que jerarquiza las relaciones sociales.
Por eso, es importante transformar los parámetros en los que vivimos y agrietar los existentes para proyectarnos en otra sociedad posible.
La familia nuclear es la base del sistema patriarcal y sostén de la propiedad privada. En ella se reproducen los roles y jerarquías necesarias para sostener la pirámide social.
Que lesbianas, travestis, transgéneros y gays ocupen el lugar de producción social de la familia, no asegura otra categoría más que no sea el de familias de segunda, falsas familias, que apelaran constantemente la aceptación social.
No necesitamos que nos regulen necesitamos vivirnos como seres deseantes y deseadxs.
Tampoco se trata de imponer nuestra vivencia a nadie sino poder habitar el mundo, sin represión, ni violencia.
Es destacable el compromiso de cierto activismo travesti, transgénero en la lucha pro-matrimonio.
Nosotras travestis- transgéneros tenemos identidades ilegalizadas. Formas jurídico-legales de criminalizar los géneros que no se ajusten al régimen.
De aprobarse la ley al firmar el contrato matrimonial tendríamos que hacerlo como homosexuales de identidad masculina, que no somos, lo que significa a nosotras un retroceso de años de lucha travesti-transgénero. Algunas activistas se excusan en estar impulsando simultaneamente una ley de identidad de genero también, pero que nos integra a la categoría mujer y nuevamente nos deja fuera de la historia como travestis-transgéneros.
El matrimonio no da solución de raíz a la segregación social que padecemos, no da nuevas opciones de supervivencia a la prostitucion de nuestros cuerpos, ya que no modifica las subjetividades prostituyentes ni el paradigma mercantilista de las relaciones.
No acabara con las violencias transfobicas que padecemos a diario sino que le dará otro marco de acción. Veamos si el matrimonio acaba con la explotacion, violencia y/u opresión de la mujer.
La explotación domestica, la violación, la prostitucion, el autoritarismo, la agresión física y psicológica, existen dentro del matrimonio y muchas veces este le otorga mayor legitimidad a dichas violencias.
Luchar por el matrimonio demanda al padre social-estado que nos incorpore al sistema, dejando intacto el sistema jurídico del derecho de la propiedad privada. Sin erradicar el terrorismo sexual, económico, político, estatal, racista, etnocentrista, capitalista.
Cuando decimos que no es prioridad el matrimonio para nosotras, no conlleva la intencionalidad de impedir que algunxs se casen. Sino evidenciar la imposición de demandas que no atienden las urgencias que tenemos las travestis- transgéneros.
La violencia dirigida hacia nosotras la sufrimos en la comisaria, la calle y la escuela, en este orden en la extensa lista de lugares en los que recibimos agresiones. Estamos excluidas del mercado laboral y tenemos un promedio de vida de 30-35 años, consecuencia de la prostitucion de nuestros cuerpos (datos de la investigación realizada en el año 2005. “La gesta del nombre propio”)
Nosotras aun exigimos arroz con leche, no casamiento.
Es inexcusable que debatamos en nuestras organizaciones la incidencia que puede tener al interior de nuestros movimientos el imperio de la ideología masculina y patriarcal condensada en la familia tradicional y en el conjunto de las instituciones y lógicas sociales ( Roxana Longo).
El desafío mas grande es recuperar nuestros cuerpos, aventurarnos al disfrute sin ataduras, mediaciones, control, regulación. Sin contratos económicos, ni moralistas. Vivirnos en el placer y el gozo que nos niegan las autoridades acomodadas como tales en la actual forma de organización social-sexo-genérica.
Construir relaciones libres basadas en la solidaridad y la amistad. Sin que nuestros cuerpos sean propiedad de nadie. Sin mercantilización del deseo.
Tejer otra urdimbre social, basada en la cooperación entre lxs seres. Trabajar la cultura de la diversidad y la libertad sin divisiones ni jerarquizaciónes de tipo sexual, genérica, de clase, racial, cultural.
Para experimentar nuestras vidas en un continuo que libere la sexualidad de cualquier reja, es necesario el cambio social.
Para esto necesitamos definir objetivos políticos, culturales e ideológicos que tracen caminos de libertad, nunca amoldarnos al control existente.
¡Revolución en las camas, las casas y las plazas!
Por el divorcio urgente:
De la iglesia con el estado,
De la iglesia y el estado con nuestros cuerpos,
De las instituciones y mandatos patriarcales y burgueses con nuestros deseos y relaciones.
Del machismo con la cultura.
De la homo-lesbo-transfobia con la cultura.
Del autoritarismo con las personas.
Del mercado con nuestros cuerpos.
De la prostitucion con nuestras vidas.
De la exclusión y la opresión con nuestra existencia.

Ni dios, ni amo, ni patrón, ni milico, ni cura, ni pastor, ni marido.

Por último, desde esta radio, sólo decir que la diversidad, apertura y libertad, para nuestros cuerpos y nuestras conciencias, es el camino que el espejo nos tiene reservado, crucémoslo juntas y juntos.

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